La crisis del Silicon Valley Bank: ¿un nuevo 2008?

El diez de marzo, el Departamento de Innovación y Protección Financiera de California clausura el Silicon Valley Bank citando liquidez inadecuada e insolvencia. Dos días después, el gobierno americano cierra otro banco, el Signature Bank. Los mercados financieros colapsan, las bolsas europeas pierden más del 4%. La pregunta que todo el mundo se hace es la misma: ¿es este un nuevo 2008?

En ese tiempo, el famoso “too big to fail” no se cumplió, y hoy el SVB tampoco podría ser considerado realmente “big”. Sin embargo, los reguladores han aprendido la lección y prontamente han intervenido, aunque no había posibilidad de salvar el banco. Las autoridades estadounidenses intervinieron con una oleada de medidas extraordinarias y agresivas: ante todo, asumiendo las entidades en quiebra y garantizando los depósitos. 

¿Ha sido y será suficiente para evitar un contagio mundial?

El SVB y lo que pasó 

Silicon Valley Bank, comúnmente conocido como SVB y parte del Grupo Financiero SVB, fue el decimosexto banco más grande de los Estados Unidos después de un rápido crecimiento en los últimos tres años. Era especialmente conocido por proporcionar servicios bancarios a startups y empresas respaldadas por capital de riesgo en campos tecnológicos, incluidas ciencias de la vida y atención médica. Este tipo de negocio puede ser financieramente gratificante, pero es muy arriesgado al mismo tiempo, especialmente al comienzo de su vida, como es el caso de los clientes de SVB. Este enfoque en un solo sector aumentó el riesgo y es un factor importante en su colapso. De hecho, los problemas comenzaron con el gran aumento en los depósitos (no diversificados) causados ​​por un aumento en la financiación de startups: los clientes de SVB estaban hiperconectados, por lo que una corrida bancaria podría ocurrir virtualmente de manera instantánea. Y esto es finalmente lo que sucedió.

En términos generales, un banco tiene, como las otras compañías, un activo y un pasivo. En el activo están las inversiones, en el pasivo el dinero que personas y firmas depositan en el banco. Ahora, si el tipo de interés sube, como está sucediendo hoy por la fuerte inflación, el valor de lo que hay en el activo baja, y el banco se encuentra con un desequilibrio. 

SVB había invertido 80.000 millones de dólares en bonos a largo plazo («Asset Mortgage Securities – MBS») en un momento en que el coste del dinero era casi cero. Este buen negocio se convirtió en un desastre cuando el Banco Central de Estados Unidos (FED) empezó a subir los tipos para frenar la inflación.

De este modo, el valor de la cartera invertida en obligaciones empezó a caer y la cuenta entre el activo y el pasivo dejó de cuadrar. La inversión en MBS de 80.000 millones había aumentado a 98.000 millones, pero con la subida de los tipos, la cartera de obligaciones a largo plazo entró en pérdidas de unos 15.000 millones y los depositantes, es decir, las empresas de nueva creación financiadas, empezaron a rescatar las posiciones.

Como consecuencia de las solicitudes de reembolso, el banco se vio obligado a vender unos 21.000 millones de dólares de títulos de su cartera el 8 de marzo de 2023. El resultado fue una pérdida de 1.800 millones de dólares y el anuncio de que vendería 2.250 millones de sus propias acciones para mantenerse. El anuncio sembró el pánico en el mercado de capital, la mayoría de los fondos de capital de riesgo dieron instrucciones a sus clientes, para que retiraran su dinero del banco.

Cualquier individuo racional, si su banco se encuentra en un momento de dificultad, la primera cosa que haría, sería la de ir a recoger lo que en su momento depositó. Este mismo razonamiento es el realizado por todas las personas, así que todos los clientes se apresuran a retirar sus depósitos del banco: este fenómeno es lo que llamamos corrida bancaria. Sin embargo, el banco no posee suficiente liquidez para satisfacer a todos, ya que gran parte está invertida en activos. Para satisfacer la demanda, se tiene que vender el activo a un precio mucho más bajo que antes, con grandes pérdidas.

Este fenómeno es un caso de composition of fallacy: un comportamiento que sería racional a nivel individual, no lo es a nivel colectivo. Para los clientes, a nivel agregado, sería mucho más conveniente no crear la corrida bancaria, sin embargo, temen ser los únicos que no lo hacen, y por consiguiente se dirigen inmediatamente al banco.

Para prevenir esta eventualidad, las instituciones protegen los depósitos (bail in): garantizan reembolsar los depositos en caso de quiebra del banco. En los Estados Unidos, la autoridad responsable que cubre dichos depósitos es la FDIC, respaldada por la plena fe y crédito del gobierno. Esta agencia es financiada por primas de seguro pagadas por los bancos y por intereses ganados en el Fondo de Seguro de Depósitos de la FDIC, que se invierte en obligaciones del gobierno de los Estados Unidos. Las primas de los bancos dependen del tamaño del banco y de la evaluación de los reguladores bancarios sobre el nivel de riesgo del banco. Sin embargo, no todos los depositantes son protegidos: por ejemplo, los que tienen un depósito mayor que $250,000 no lo son y este es el motivo porque una buena cantidad salieron al banco.

Entonces, y solo dos días después y tras infructuosos esfuerzos por reunir nuevo capital o encontrar un comprador, SVB entró en suspensión de pagos.

Figura 1: Sede central de Silicon Valley Bank situada en Estados Unidos. Fuente: NBC

Las interconexiones globales del sistema económico y financiero y el riesgo de crisis sitémica.

El fin de semana del 11 y 12 de marzo de 2023 fue muy complicado para la Reserva Federal y el Departamento del Tesoro Americano, que trabajaron para proteger los depósitos de los clientes, intentando reforzar la confianza en el sistema bancario y evitar el efecto contagio.

A pesar de las intervenciones combinadas de tesoro, FED y FDIC, con este último dispuesto a imponer un impuesto especial a todos los bancos para recuperar las pérdidas. Claramente los inversores han perdido el capital, y los bancos expuestos (los bancos que tenían títulos de la SVB) arriesgan también la fuga de capitales e insolvencia. De hecho, todos los bancos tienen acciones y títulos de otros bancos, así que la crisis de uno podría determinar la crisis de otro expuesto a esa institución. En general, el sistema económico y financiero mundial está fuertemente interconectado, así que los agentes empezaron a agitarse temiendo una crisis sistémica debida principalmente a estos vínculos entre las entidades bancarias.

La consecuencia más grande ha sido la crisis de Credit Suisse, aunque en realidad la quiebra del SVB solo desempeñó un pequeño papel: los escándalos de los últimos años y las debilidades preexistentes determinaron la crisis del banco helvético.

En general, sin embargo, la crisis sistémica parece ser evitada: EE. UU. se ha comprometido a proteger totalmente el dinero de todos los depositantes del SVB en un intento de frenar las huidas hacia otras instituciones financieras. La protección también se amplió a las cuentas con más de 250.000 dólares (el nivel señalado anteriormente), el umbral para el pago del seguro. Las cuentas volvieron a ser accesibles el 13 de marzo y los contribuyentes no fueron responsables de ninguna pérdida acumulada como consecuencia de la medida.

Tras la implosión de SVB, las acciones de otros bancos regionales se desplomaron por temor al contagio. Entre ellos están Silvergate, que se vio desbordado por el colapso de las criptodivisas, y Signature, que fue cerrado por los reguladores del Estado de Nueva York tras la fuga de depósitos. Los depositantes tendrán las mismas protecciones que los de SVB.

Además de proteger el efectivo de los depositantes, la Reserva Federal anunció un programa de préstamos de emergencia para ofrecer a los bancos con problemas de liquidez condiciones más favorables en préstamos a corto plazo. Adicionalmente, se evitó un posible contagio en Europa con la compra de la sucursal británica de SVB por el banco HSBC por la simbólica suma de una libra. La ventaja para HSBC es adquirir clientes que antes confiaban en SVB.

¿La crisis va a ser evitada?

El sistema bancario en general está bien capitalizado y tiene liquidez. Los bancos que ahora tienen problemas son demasiado pequeños para suponer una amenaza significativa a escala mundial. A distancia de un mes, podemos decir que la reacción ha sido mejor que la de 2008, teniendo también en cuenta la dimensión de esta, que fue mucho más grande al tiempo.

Sin embargo, no significa que los eventos conocidos no tendrán consecuencias. Entre todas, un aumento de la incertidumbre, que en los mercados se traduce en volatilidad: el 13 de marzo la banca española se dejó 11.800 millones en Bolsa, y el Ibex 35 cayó un 3,51%, con descensos de hasta el 11,8%. El descenso, comenzado antes del 13, continuó intermitentemente incluso en los días siguientes. Aún hoy, a pesar de una fuerte recuperación, el principal índice español no ha alcanzado completamente los niveles previos a la crisis, y es especialmente el sector bancario el que se ha quedado atrás, Sabadell y CaixaBank han sido los bancos que más han sido perjudicados.

En el ámbito regulatorio, los problemas de los bancos llevarán a una mayor restricción de los estándares de crédito, incluso en el área del euro. Este endurecimiento significa un menor crecimiento, pero también una menor inflación, cuya dinámica aún está por evaluar.

Casi seguramente no tendremos un nuevo 2008, pero el mundo económico y financiero se ha redescubierto, una vez más, frágil.

Fuente de la imagen destacada: El Confidencial.

4 comentarios sobre “La crisis del Silicon Valley Bank: ¿un nuevo 2008?

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