Escasez del agua en los países en desarrollo

El agua es vital e indispensable tanto para la humanidad como para todos los seres vivos del plantea, en este sentido, este recurso hídrico permite el correcto sostenimiento y desarrollo de los procesos biológicos para los diversos ecosistemas, garantizando así la supervivencia de la vida vegetal y animal. 

También, este fluido representa nada menos que el 80% del cuerpo de una gran mayoría de seres vivos, además que se encuentran en la mayor parte de los procesos metabólicos que realizan, es más, en cuanto a los cuerpos vegetales estarían compuestos entre un 70 a un 90% de agua, de hecho en el cuerpo humano el agua representa casi las dos terceras partes, encontrándose sobre todo en los órganos vitales y en los mismos tejidos corporales, en consecuencia se afirma que sin beber de este líquido no lograríamos sobrevivir un máximo de 3 o 4 días, pues es crucial para el funcionamiento de procesos orgánicos que suceden en nuestro cuerpo y logra distribuir los nutrientes por nuestro cuerpo.

Este recurso que permite absolver a las plantas sus nutrientes, por su parte, también tiene estricta relación con la regulación del clima en tanto se encuentra debajo y sobre la superficie terrestre en sus tres estados, con los que consigue controlar el clima y a la vez limpiar la atmósfera de partículas contaminantes. 

El «oro azul» como algunas investigaciones lo han denominado, ha tenido una creciente demanda debido al aumento del consumo de agua dulce trayendo consigo una escasez hídrica que se ha vuelto cada vez más compleja de superar y satisfacer a toda la población del planeta en cuanto a su abastecimiento, al respecto se estima que en los últimos cien años, el uso del agua se ha multiplicado por seis y continua en crecimiento.

Las causas de esta problemática varían, entre ellas destaca la sobreexplotación de recursos naturales, en donde el agua es uno de los principales, en los procesos agrícolas y productivos, en tanto a esta actividad representa actualmente el 70% de agua a nivel mundial, destinándoselo la mayoría para el riesgo de las cosechas. Por su parte, en cuanto a las actividades de la industria, esta representaría un 20% aproximadamente respecto a la explotación global, siendo la producción de energía quien representaría su mayor uso en un estimado del 75% donde el 25% restante correspondería a la producción. 

Con todo no se quedan detrás los conflictos y la política, en este sentido la tensión y desarrollo de eventos conflictivos en algunas regiones, que si le agregamos la poca y nada cooperación entre aquellas países que deben gestionar aguas compartidas que por lo tanto para su uso deben administrar en conjunto las cuencas fluviales o acuíferos transfronterizos, la ausencia de acuerdos para su gestión por la competencia de la tenencia de estos,  se terminan en traducir presión a los enfrentamientos y que no hacen más que  agudizar la escasez del agua en estos sectores. 

En cuanto a la politización, también entran en juego los intereses políticos en lo que se refiere a la disponibilidad y distribución de este líquido, pues puede resultar en que se transforme en una cuestión gubernamental en vez de estar enfocada en administrar basándose en la equidad y sostenibilidad de su gestión. El asunto radica en que estos conflictos e intereses funcionan como un obstáculo a los intentos de aproximarse a una eficaz solución al estrés hídrico, trayendo consigo resultados fatales en cuanto al medio ambiente, y a los ciudadanos que dependen de ello.

Por otro lado y como ya hemos anticipado, gran parte de este enigma se centra en una mala gestión del agua como tal, en este sentido una deficiente conducción de este recurso natural acrecienta su exigüidad para las regiones, en algunas se ven afectadas además por una falta de infraestructura en cuanto a sistemas de distribución y para su almacenamiento, canales, represas, que entra como otro factor causante de su disponibilidad o no. 

Sin perjuicio de que aun así pueda ocurrir que incluso con un soporte adecuado en cuanto a infraestructura, el problema radique en la sobreexplotación de los acuíferos subterráneos, dado entre otros por el aumento de la demanda, si no tienen una recarga suficiente pueden terminar por desabastecerlos agotando estas fuentes de agua a largo plazo, lo que viene a resaltar la importancia del control administrativo y otros aspectos regulativos para darle el uso más eficiente para la sociedad, y no caer en potenciales desperdicios, considerando la magnitud de su limitación. 

Ahora bien ¿qué sucede con el uso doméstico o del día a día? No se quedaría detrás, sin embargo representa sin lugar a dudas un factor menos relevante en cuanto al impacto sobre esta problemática, si consideramos que esta actividad representaría un 10% de las extracciones del agua a nivel global, sin embargo este podría ir en aumento debido al incremento de la población ya anticipado. 

Se han hecho diversas investigaciones sobre las consecuencias futuras que podría traer consigo este estrés hídrico, entre ellos un informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura que data del año 2018, sostiene que la escasez de este recurso afectaría de aquí al 2050 aun estimado de 5.000 millones de personas, fecha paréala cual se espera que la población crezca a 9.400 y 10.200 millones de personas. 

Para adentrarnos al filo con este tema, hemos de identificar que este enigma surge nivel global y por ende, tanto en países desarrollados como en vías de desarrollo, pero ¿cómo podría verse sumergidos a consecuencias variadas? 

La desigualdad también está en el agua 

No cabe duda que esta problemática trae consigo un estrés hídrico que afecta en diversas medidas de acuerdo a factores demográficos, al respecto cabe analizar aquellos países con mayor escasez de agua en sus territorio,  en este sentido según una investigación realizada por World Resources Institute sería Oriente medio y el norte de África quienes concentrarían los países que han sufrido a mayor escala el impacto de la escasez del agua, sin embargo claramente no obsta que hayan otras zonas ampliamente afectadas, por ejemplo en cuanto al continente asiático y la parte del pacífico se verían azotadas por la frecuencia de desastres naturales lo que contribuye a la contaminación del agua que trae consecuencias fatales para sus habitantes como lo es la debilitación de las tierras para la agricultura, enfermedades, etc. 

Respecto a la zona de Oriente medio y norte de África, como ya se ha expuesto constituye una zona con alta vulnerabilidad al estrés hídrico pues representa nada menos que a 33 países que abarcan alrededor de 51 millones de personas que no tendrían servicio básico de agua potable, encontrándose la mayoría de ellas en zonas rurales que por lo demás sufren de una ausencia de infraestructura  que asegure una gestión favorable de los recursos hídricos, sobre todo cuando se trata de una parte del mundo en donde la agricultura y la ganadería representa una actividad vital para la subsistencia y desarrollo de sus individuos, y que por ende la disponibilidad de este recurso es crucial para la continuación y buen funcionamiento de sus comunidades. 

En la misma línea, en cuanto a Oriente medio las investigaciones han determinado que Oriente medio seria la región más vulnerable al suministro hídrico una vez que en esta parte del continente se encuentran 14 de los 33 países de los cuales actualmente serían más propensos a tener que sobrevivir con cortes de agua para que se lograse gestionar la demanda, pues las altas temperaturas de esta región contribuyen como un factor agravante a la aceleración del agotamiento de las reservas de agua dulce, pues una inmensa mayoría de estos países su suministro depende en gran medida de reservas de agua subterránea, que ante su escasez lleva a la sobreexplotación de acuíferos y agotamiento de este  recurso natural. Respecto de estos hay algunos países como Arabia Saudi, Palestina y el Libano, que tendrán que enfrentarse probablemente a una gran estrés hídrico. 

Como se ha mencionado, el gasto de agua que se usa para la agricultura es incluso mayor que el del consumo doméstico, en consecuencia cobra relevancia el factor de la capacidad económica para la importación de alimentos, pues dentro del plano actual, hay países que no disponen de un suministro de agua natural renovable, entre ellos Qatar y Kuwait, en efecto se ven obligados a procesos como la desalinización del agua para que esta sea bebible y para además realizar la importación de alimentos. A la vez, otros países como Yemen y Somalia, con evidentes economías frágiles y panoramas políticos complejos, no solamente enfrentan un agudo estrés hídrico, sino también estrían inmersos en recortes en la disponibilidad del agua. 

Si expendemos más nuestra vista nos encontraremos que para 2040 se espera que la escasez de agua causado por sobre todo los factores ya mencionados, tendría un aumento de un 40% a un 70%, en consecuencia también probablemente hayan recortes de agua para países desarrollados y con una alta población como lo son China, Estados Unidos, lo que demuestra que incluso en países de alta renta, ciertas regiones sufren de estrés hídrico, como ocurre actualmente en California que ha experimentado sequias prolongadas que afectan a la agricultura de la región y que por lo tanto ha derivado en cortes domésticos de agua. 

Nos movemos al hemisferio sur del planeta, nos encontramos con América latina,  el cual aparece dentro de un caso singular una vez que poseen zonas muy secas y áridas dentro de la región (tal como el desierto de Atacama en Chile), y a la vez en otras poseen las precipitaciones más fuertes a nivel global, todo esto ocurriendo en el mismo continente, lo que lo hace vulnerable al calentamiento del planeta en cuanto a cambios bruscos en el clima, los mismos desastres naturales, entre otros que afectan sobre a los sectores más desposeídos y que con mayor dificultad pueden superar estos fenómenos.

Hay sectores en donde algunos países como lo son Perú, nicaragua, Paraguay, entre otros, constituyen zonas donde existe una mayor desigualdad respecto al acceso de este recurso, para este punto recordemos que en esta región del planeta existe un mala gestión urbanística que acrecienta distintos problema entre ellos la distribución adecuada del agua, pues de por sí ya la urbanización afecta y más lo hace una mal diseñada sumado a numerosos asientos alrededor de la urbe, afecta al ciclo hidrológico pues se pavimenta en lugares que en su momento no fueron pensados para ello o lo son de manera recurrente. 

No quedan detrás también las inundaciones que serán más difíciles de superar en zonas con estas características, como también aquellas construcciones realizadas en lugares que destruyen ecosistemas naturales para su construcción, un caso ejemplar de esto son el Bosque de los Pericos en El Salvador, lo que no hacen más que generar graves consecuencias para la sociedad. En este sentido podemos observar que es un elemento esencial para su buena gestión en cuanto a la administración del agua como para afrontar el riesgo de desastres naturales el ordenamiento urbanístico, pues además de afectar la calidad de vida de las personas que residen en las zonas afectadas, también surge efectos en la contaminación del agua potable a producto de estas mismas, pues por lo demás algunos como es el caso de El Salvador, no poseen drenajes urbanos, ni infraestructura adecuada para el drenaje pluvial, ni por lo menos para manejar el caso de las aguas residuales. 

Si bien existe debate al respecto, una de las causantes de esta brecha entre quienes tienen acceso y quienes no en cuanto a este recurso natural indispensable, serian entre otras las políticas de privatización, se sostiene este argumento desde el punto de vista de que a producto de estas que han dejado de lado el sector público en cuanto a la gestión de bienes como es el agua, se han traducido en un aumento respecto a su costo que no tiene otra consecuencia más que agrandar la brecha de desigualdad y hacer este recurso aún más inaccesible para gran parte de la población, sobre todo ante una débil capacidad regulatoria que logre proteger el interés público en factores como el precio de que este recurso sea suministrado, pues como puede suceder se deriva en un abuso monopolístico. Ante esta problemática que se suma a altos niveles de población desabastecida, sostenemos que es necesaria una financiación pública que tenga como objetivo disminuir esta brecha y ampliar el acceso, lo cual no parece estar aun en la agenda de países que optan por este tipo de administración teniendo aquellas características. 

Por otro lado y producto al cambio climático se ha producido una transformación de los patrones hidrológicos, por ejemplo actualmente se está dando la aceleración del deshielo glacial que estaría provocando una mayor escasez en la disponibilidad del agua en países de América latina, Asia oriental y meridional. En este mismo sentido el aumento del nivel del mar a causa de las subida de temperatura, traería consigo pérdidas de  fuentes de agua dulce como lo son los ríos de Egipto y Tailandia, estos eventos extremos tienen plena consecuencia en la disponibilidad del agua. 

Otro aspecto relevante a tocar, es el control sobre la presencia de contaminantes químicos en el agua de consumo, hablamos de la calidad del agua potable en distintos países y para este análisis revisaremos el caso entre países de ingresos altos en contraste con los de bajo ingreso. En definitiva para mejorar la calidad del agua no hay una sola solución, sin embargo pero sin duda ninguna es fácil y resulta una tarea compleja aún más para aquellas economías desfavorecidas que figuran varias veces fuera de su alcance, pues puede resultar lógico pensar que procesos y técnicas complejas, sumar fases de tratamiento para llegar a un agua apta para el consumo, no se lo pueden permitir todos y esa una tarea que para las regiones menos desarrollados esta más lejos de su alcance. 

Dentro de la misma línea, una investigación realizada por ISGlobal demuestra que existen países que poseen una escaza regulación, incluso hay aquellos que no las tienen o si lo hacen no realizan controles lo que se traduce en un poco de lo mismo, al respecto sostienen que serían solo 47 países a nivel global que realizan este tipo de controles sobre el agua y estos no serían siempre del agua que consume la población en su mayoría. 

El estudio mencionado, resalta la presencia de trihalometanos como patógenos que revelan que el agua ha sido clorada o no, la importancia de este proceso seria crucial para reducir las enfermedades que derivan del agua potable contaminada, como lo es la diarrea que por lo demás, constituiría la primera causa de mortalidad infantil en niños menores de cinco años en el mundo según la OMS, lo que es un importante y desastrosa realidad ya que se estima que cada año más de medio millón fallecería por esta causa. 

Desafíos y puntos clave 

En definitiva darle solución a esta problemática no es una tarea fácil y para lograrla es indispensable que todos aportemos en ello, para esto primero hemos de ser consciente de la magnitud de las consecuencias que trae, como el uso que le damos puede agudizar los efectos, las acciones que tomamos en el día a día respecto a nuestro consumo, en definitiva se trata de una concienciación a la población para que contribuya como un pilar importante a su resguardo y solución. 

Pareciera que una de las soluciones apunta al labor del legislador de establecer una regulación para asegurar que todos cumplan con ella, que apunte a la utilización más eficiente de este recurso hídrico, ponga límites y/o directrices sobre la utilización del agua para aquellos que proporcionan un mayor impacto en su disponibilidad, como son las empresas que se dedican a la agricultura. Sin embargo no podemos ser ajenos a la realidad de que en algunas de las zonas mencionadas con alta vulnerabilidad a la escasez del agua, establecer medidas regulatorias pueden no tener el impacto esperado, sobre todo en aquellos en donde hay una gobernanza y administración débil en donde la ley muchas veces pasa a un segundo plano. 

Por otro lado también, algunos países aún deben superar el desafío sobre la infraestructura para el correcto y efectivo goce de este recurso líquido, lo cual representa un gran esfuerzo que con mayor dificultad puede ser superado por países pobres y con un frágil mandato. La ayuda internacional para estos países será un punto clave para afrontar este problema y poder contar con los recursos suficientes para que esto sea posible.

Escrito por Daniela Passalacqua

Editado por María José Velázquez

Fuente de la imagen destacada: La Vanguardia

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